
Facturar no sirve si te estás perdiendo a ti.
El cansancio, la presión y la desconexión no son el precio del éxito…
son una alarma.
Vuelve a ti.
Respira.
Recupera tu poder interno antes de seguir empujando.
En 2023, después de construir una empresa de 40 personas que generaba millones de dólares, me sentía agotado. Sin ganas. Desconectado.
No podía ni jugar con mi hija. Mis niveles de cortisol estaban por el suelo.
Ahí entendí algo: el éxito no sirve de nada si pierdes tu salud, tu tiempo y tu propósito.
Decidí parar. No para rendirme, sino para rediseñar mi vida desde el alma.







